El duelo es una transición, muchas veces
dolorosa, que nos prepara a una vida con un cambio sustancial, con
una brecha, con una ausencia...
Como conlleva el dolor, es apartado, ocultado y,
muchas veces reprimido. Y cuando se tolera casi nunca se tienen en
cuenta los ritmos personales que humanicen el tránsito.
El viernes pasado, día 15, murió FRAY ANGEL DARÍO
CARRERO MORALES. De su nombre se hace seguir una larga lista de atributos:
Custodio, teólogo, profesor, poeta...y un etcétera largo del que
quiero destacar las de hermano y amigo. Se fue prematurmente con la
hermana muerte, siguiendo a otra hermana suya que también se fue en
la plenitud de la vida y a la que él se sentía muy vinculado.
Son muchos los proyectos truncados con su marcha,
pero quiero pensar en los proyectos que también está ya abriendo
del otro lado del telón.
Es todo un reto el que tenemos los vivos para
establecer una vida en COMÚN-UNIÓN (Comunión). Y por eso estas
traslaciones vitales nos resultan un tanto árduas, al no haber
conseguido este nivel de comunión, de relación entre los vivos,
para establecerla con los vivificados.
¡Que el Señor vivifique a Darío con su Promesa y a nosotros nos haga crecer en la comunión universal del Espíritu!
Para conocer lo que dicen otros que lo aprecian textos de internet
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