En este cíclo
litúrgico estamos siguiendo el evangelio de Juan durante esta Semana
Santa. Para el evangelista san Juan las figuras que llevan las
“tres”(¿cuatro?) Marías, representan las actitudes básicas
para cualquier cristiano y, curiosamente, son femeninas.
Seguir la Pasión con
el evangelio de san Juan es entrar en un mundo de símbolos y
personajes que forzosamente nos obligan a tomar partido si nos
mantenemos con una voluntad de testigos.
Juan empieza a
contarnos la Pasión con el embalsamamiento de Jesús por María,
Todo el ambiente escénico nos recuerda otra muerte y resucitación,
la Lázaro, amigo de Jesús, y prepara la propia muerte de Jesús.
Juan las pone juntas pero no pretende compararlas, es una simple
invitación a dar un paso más en nuestra vida de creyentes.
(En
épocas no muy lejanas los maestros espirituales utilizaban como
recurso, un ataud, con la intención de hacer la meditación sobre
la muerte: de Jesús y la propia.)
La consciencia de
Jesús sobre su muerte es un elemento básico para comprender la
persona de Jesús y también para el desarrollo personal de cada uno
de nosotros.
¡Qué diferente de la
actitud la de un no-creyente!
En estos dias aparecía
un artículo de un filósofo con cierto renombre, declarando que no
soportaba las condiciones que trae la muerte del cómo (de qué),
cuándo y dónde.
Curiosamente, a su lado
había un artículo, reflejando la opinión de otro filósofo,
italiano, que afirma que los miembros de la sociedad somos cada vez
más débiles y cobardes.(*)
El artículo 14 de la
Regla OFS, expresa nuestra vocación humana en el desarrollo personal
siguiendo a Cristo, al Cristo Total, el verdadero Siervo de YHWH.
...conscientes de que "quien sigue a Cristo, Hombre perfecto, se
hace a
sí mismo más hombre", (LG. 31; GS.,
93).
(*) Sección de Opinión
en El Pais 29/3/15, en la versión digital.
Una cita con la
parca. Jesús Mosterín
Más dóciles y más
cobardes. Jordi Soler