miércoles, 1 de mayo de 2013

DESEO DE SANTIDAD


Ya el ambiente cultural de sospecha en el que vivimos desbarata la idea que sugiere este título y las ciencias actuales -la psicologia- termina de corroborar lo que el ambiente señala.
Y es que la psicología nos enseña cómo detrás del deseo se esconden no pocas trampas: comodidades, impotencias, negaciones, huídas...como para poner en duda un resultado sin una manifiesta demostración.
Pero, además, llamamos deseo a lo que no es más que un capricho. Y, como tal, es arbitrario, de espaldas a la justicia y la verdad.
Lo mismo ocurre con la santidad. Entendemos a los santos como los realizadores épicos de hazañas casi sobrehumanas. Y hoy los héroes de carne y hueso tampoco tienen muchos seguidores porque desenmascaran nuestra mediocridad.
Si repasamos someramente el santoral, encontramos no pocos santos y santas que no tienen una relevancia social, sin "glamour", pero de esos santos que llegaron al reconocimiento por aclamación popular. Debería ser suficiente en un momento en que tanto y tan frecuente tenemos en nuestras bocas la palabra "democracia".
Y es que la santidad no es otra cosa que "hacer lo que es justo en cada momento de nuestra jornada" olvidando nuestras predilecciones, comodidades, ventajas o gustos.
Entendiendo la justicia en el sentido bíblico de misericordia y fidelidad.Y para que nuestra santidad sea cristiana, necesitamos que crezca cada día en nosotros la Verdad que es Cristo.

Algunos ejemplos cercanos a nosotros son estas vidas comprometidas con Dios y la sociedad.