viernes, 25 de mayo de 2012

DONES DEL ESPÍRITU

Hemos cuantificado y hemos llegado a hacer una lista con los dones del Espiritu Santo (sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.) olvidándo el principal don atribuído por Jesús: la COMUNIÓN con el Padre y entre nosotros mismos (Jn 17,21), y el poder de GLORI-FICAR al Padre  (que es mucho más que DAR-GLORIA, como si nosotros tuviésemos una gloria para regalar). ¿O no es el Espíritu la manifestación del deseo más profundo de Jesucristo?

Claro que es mucho más fácil y mucho más llamativo el que  nos fijemos en los dones concretos operativos (útiles), obsesionados como estamos en el hacer, en realizar, en transformar. NO damos suficiente importancia al ser y a transformar-Nos (a nosotros mismos, a convertirnos). Ser y solamente ser. Eso da miedo. Solo cuando hagamos nuestra actividad desde nuestro "ser" entonces, solamente entonces, podremos "ser-para". (Doy por supuesto que son realidades que no se pueden separar y que han de convivir como el trigo y la cizaña de la parábola de Jesús).


sábado, 12 de mayo de 2012

UNA ESPERANZA QUE INQUIETA

 ...El "Dios de la esperanza" (Rom15, 13); un Dios que tiene "el futuro como carácter constitutivo" (E.Bloch), un Dios tal como le conocemos por el Éxodo y por las profecías de Israel, un Dios que, en consecuencia, no podemos tener dentro de nosotros o por encima de nosotros, sino, en puridad, tan sólo
delante de nosotros, un Dios que sale a nuestro encuentro en sus promesas para el futuro y al que, por tal motivo, no lo podemos tampoco "tener", sino sólo aguardar en una esperanza activa. Una teología auténtica debería ser concebida, por ello, desde su meta en el futuro.
...  El que espera en Cristo no puede conformarse ya con la realidad dada, sino que comienza a sufrir a causa de ella, a contradecirla. Paz con Dios significa discordia con el mundo, pues el aguijón del futuro prometido punza implacablemente en la carne de todo presente no cumplido.

(Moltmann.J. Teología de la Esperanza. Sígueme. 1965. pgs 21y 27.)

jueves, 3 de mayo de 2012

DIOS ESPERA EL ENCUENTRO (Lc15, 20)

        La novedad creadora no se explica por el pasado, sino por el futuro. Es evidente que la acción del Dios viviente tiene que ser siempre creadora. Pero la  maravilla del Dios que se revela Abraham, a Isaac y Jacob reside en que su  acto creador viene del futuro. Es profético. Aquel Dios «viene» en el mundo,  como a su encuentro. Está delante y llama, trasforma, envía, hace crecer y libera (...)

      El acontecimiento pascual, realizado de una vez para siempre, ¿cómo se hace  nuestro en la actualidad? Por aquel mismo que es su artífice desde los orígenes   y en la plenitud del tiempo: el Espíritu Santo. Él es personalmente la Novedad  que actúa en el mundo. Él es la presencia de Dios con nosotros, junto a nuestro  espíritu (Rom 8,16). Sin él, Dios está lejos, Cristo se encuentra en el pasado,  el evangelio es letra muerta, la Iglesia una simple organización, la autoridad un despotismo, la misión una propaganda, el culto una evocación y el actuar cristiano una moral de esclavos.

   Pero, en él y en una sinergia indisociable, el cosmos se levanta y gime en el alumbramiento del Reino, el hombre lucha contra la carne, Cristo resucitado  está ahí, el Evangelio es poder de vida, la Iglesia significa comunión trinitaria,  la autoridad un servicio liberador, la misión un Pentecostés, la liturgia memorial  y anticipación, la actuación humana es deificada.

    El Espíritu Santo... hace nacer, habla por los profetas... arrastra hacia la segunda venida. «Él es el Señor y da la vida» (símbolo niceno-constantinopolitano), por él la Iglesia y el mundo gritan con todas sus fuerzas: ¡Ven, Señor Jesús!»   (Ap 22,17-20).

    Esta energía del Espíritu Santo introduce un dinamismo nuevo en nuestro  mundo horizontal (...)

       Congar, Yves. El Espíritu Santo. E.Herder. 1991. pg.241